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Una nueva voz de lo existente

Una nueva voz de lo existente

Miércoles 23 de julio de 2025


En estricto rigor una reescritura es volver a escribir haciendo cambios, ejercicio que resulta exitoso cuando el autor se apropia de la obra ya existente y le impregna su propia mirada. Para algunos escritores la motivación para realizar una reescritura puede ser revindicar un personaje, utilizar esta como herramienta de respuesta, profundizar en una idea de interés, etc. Lo curioso, es que no importa cuantos artistas fijen su atención en una misma obra, los resultados de sus reescrituras serán diferentes.

Un ejemplo muy clarificador es La Caperucita Roja, cuento de tradición oral que por primera vez fue recopilado por Charles Perrault en el siglo XVII. Esta versión se caracteriza por su oscuridad, con frases de connotación sexual empleadas para advertir a las jóvenes de los peligros al confiar en cualquiera, idea que fue reforzada con la escritura de una moraleja. Muy lejana a la visión que posteriormente popularizarán los Hermanos Grimm, quienes decidieron suavizar la historia, eliminar la moraleja e incluir un final feliz, sin dejar de lado la advertencia de tratar con desconocidos.

Con los años, el interés que suscita este cuento, como ha pasado con otras obras clásicas, no ha disminuido, siendo motor para la creación de muchos artistas. Un caso de esto es la reescritura poética que realiza Gabriela Mistral en 1924, empleando la versión del relato de Charles Perrault. En esta, Mistral decide respetar la muerte de Abuelita y la Caperucita transcrita por Perrault, sin embargo, el uso del lenguaje es grácil y sutil para referenciar la obra inicial, de modo tal, que la lectura pueda realizarse tanto por niños como adultos con capas de información diferentes.



Otra adaptación a este cuento es la publicada por Anne Sexton en 1971 en su libro Transformaciones, en la cual decide que lo relevante es la idea del impostor. Es por esto, que el poema comienza con historias cotidianas en versos que relatan engaños, incluso evidenciándose a ella misma como impostora. Mediante esto construye una introducción para la historia de Caperucita, empleando como base la versión de los Hermanos Grimm, a la cual también cuestiona, destacando el uso de referencias a la cultura pop, a lo domestico, y la literatura.

Para finalizar un caso de completa libertad al reescribir es la propuesta de Roal Dahl, quien cambia por completo la historia sin dejar de lado referencias como el lobo vestido de Abuelita. Dahl no solo agrega su humor tan particular a la historia, también nos presenta una versión donde Caperucita no es víctima, es más, logra autodefenderse y poner fin al ciclo de engaños del lobo.

Así como ocurre con los casos presentados, hay decenas de ejemplos de nuevas miradas en torno a una obra, miradas que te pueden permitir indagar con mayor profundidad en una obra o enamorarte de un libro que inicialmente sentiste lejano.

Natalia Olmos,

Librera Librabooks


Foto: <<Caperucita Roja>> Gabriela Mistral, ilustración de Paloma Valdivia. Editorial Amanuta.