Muchos en algún momento se cuestionan si la traducción de un libro escrito en una lengua distinta a la propia es correcta. En base al conocimiento empírico los lectores determinan la calidad de esta, el uso de la lógica indica que a partir de la coherencia de las oraciones o el uso de ciertos términos se puede juzgar cuan lograda esta la traducción. Inconscientemente cuando se realiza este ejercicio se disminuye el trabajo del traductor solo al área semántica, sin embargo, es un oficio que va más allá.
A modo personal, no me había cuestionado el campo de acción de un traductor hasta leer <<Cuatro estaciones en Japón>> de Nick Bradley. En el libro se relata el día a día de Flo, una traductora de japonés-inglés obsesionada con un nuevo proyecto, mostrando una veta para mi desconocida de su trabajo, la proposición a una editorial de un título a publicar, con ello, leí las líneas que motivan este artículo:
<<Flo notaba el peso de su responsabilidad: como traductora, se suponía que era un puente entre culturas, el modo de conectar a aquellos que no podían comunicarse entre ellos>>
Entonces, ¿es el traductor un agente y mediador cultural? La respuesta es sí, aunque en un mundo dominado por la globalización no resulte tan evidente.
En la cotidianidad de este oficio, un traductor suele ser contactado por parte de una editorial por trabajos puntuales, debido al dominio que este tiene de un idioma, a pesar de esto, también muchos traductores buscan obras para presentar a editoriales con el fin de expandir la apertura de una cultura. De cierta manera, en estos casos el traductor también apuesta por ser una especie de agente literario.
Así nos los comentó Jacinto Pariente, traductor de Editorial Koan, experto en cultura islámica. Quien coloco como ejemplo lo que hoy ocurre con los libros de narrativa traducidos de países árabes, donde predomina la propuesta de traducir novelas testimoniales entorno a como las mujeres viven el régimen islámico. Aunque es innegable el valor que tiene esta temática a ser mostrada, hoy la propuesta de traductores como el, es ampliar la mirada a otras obras de ficción de las mismas autoras e incluso abordar textos con otras problemáticas de la región.
Un caso de éxito sobre la propuesta a encontrar un autor con una voz importante para complejizar el panorama conocido de un país es el de traductora Sunme Yoon, hoy popular por ser la primera traductora en occidente de la obra de Han Kang, quien en conversación con el medio infobae se refirió a como encontró la obra de la reciente Premio Nobel, quien se caracteriza por mostrar problemas universales desde la realidad coreana.
<<Buscando qué traducir y preguntando a los coreanos qué autor me recomendaban. Me presentaban a escritores canónicos, consagrados, pero la verdad es que lo que yo leía de esos escritores no me llamaba la atención. Así que decidí investigar por mi cuenta entre los escritores jóvenes. Y ahí fue como llegó>>
De las palabras de Sunme Yoon se infiere una búsqueda por encontrar algo más que mostrar, una mirada que también comparte el Literature Translation Institute of Corea (LTI). Este organismo apuesta por la traducción en distintos idiomas de autores coreanos con el fin de expandir su cultura, por lo que editoriales como Hwarang o Bajo la luna han contado con apoyo de ellos para la publicación de su catálogo. Incluso el nexo que busca construir el LTI con la cultura llega al punto de colocar a disposición para lectura online decenas de títulos traducidos.
Si se profundiza en la idea de mostrar lo más posible de una cultura, el proyecto de traducción también se puede convertir en un proyecto editorial, donde se apuesta de forma sistemática por mostrar una región. Ejemplos de esto hay decenas, solo por mencionar algunos están: Hwarang Editorial en Argentina con la traducción de literatura coreana tanto tradicional como contemporánea, Satori Ediciones en España y Abducción Editorial en Chile con la traducción de literatura japonesa y Cabaret Voltaire en España con la traducción de libros escritos en francés abarcando más países que solo Francia.
Todas las posturas analizadas apuestan a ser un puente cultural, una acción inmersa en toda traducción, aunque sea invisible. Al consultar a Jacinto Pariente por como aborda un traductor un nuevo proyecto, nos cuenta la necesidad de leer todas las traducciones anteriores en caso de existir en español, incluso en otros idiomas si se dominan, proceso que va generando la necesidad de investigar sobre temas puntuales atingentes al libro, como le ocurrió a él con la traducción de Rumi Esencial. Porque traducir a un escritor no es solo ser fiel a la búsqueda de la palabra precisa, sino también entender en que contexto se escribe para transmitir de forma fidedigna el significado, es por lo que, en palabras de Jacinto, Rumi no puede ser traducido sin entender el Corán.
Así que la próxima vez que leas un texto que fue escrito en otro idioma, piensa que el traductor no solo busco encontrar la palabra que permita la menor perdida de una lengua a otra, también busco transmitir un pedacito de una cultura por descubrir.
Natalia Olmos Pizarro
Librera Librabooks
Foto Portada: <<Cuatro estaciones en Japón>> Nick Bradley, Editorial Letras de Plata. Página 244
Foto 1: <<La única en la tierra>> Chung Serang. Hwarang Editorial. Página de derechos de autor.