El esplendor de la granada es homenaje y celebración. Nos regala en un solo libro, conjunción de poesía y vida expresada en una obra de gran complejidad: ciertamente irreductible, y, sin embargo, en su vasta extensión, transparenta una línea de transformación estética, debida en gran medida a las circunstancias históricas en que se fueron creando los poemas. Una poesía más bien hermética, en el transcurso de los años se ha ido transformado en una poesía que respira desde y para la contingencia de los espacios y problemas comunes a una sociedad contrahecha, marcada por las contradicciones históricas y sobre todo vulnerada en su autonomía territorial por el extractivismo que no escatima en usurpar hasta las fuentes más vitales de la existencia. Cuando Jorge Polanco, le pregunta a Verónica sobre cuáles son las poéticas de su interés, ella responde: “Lo que me importa, es que (la poesía) tenga una coherencia interna y rítmica que transmita un mundo que me resulte disruptivo respecto al cotidiano dormido y amenazante en el que vivimos…una poética que me enfrente al conocimiento y a lo sensible, es lo que me atrae a lo desconocido y me entrega a la conciencia de ser parte de un viaje común, vivo y colectivo.” Damsi Figueroa