En los Poemas de aprendizaje de Ignacio Mardones habla alguien que, en vez de retirarse del mundo para profundizar en una búsqueda espiritual, hace del mundo un templo: «Pienso que estos autos merecen ser contemplados, // su metal brilla como el hielo». Lo que habitualmente se da por aprendido, en estos versos se vuelve a mirar para reconstruir sentidos nuevos, personales, que ayuden a conseguir paz, «porque es lo importante / por sobre todo». Lomos de toro, desfiles de camiones, grúas y maestros, enseñan tanto como los animales y los riachuelos que confluyen en una misma indagación.