En Poesía escogida, Robert Browning —cumbre de la lírica inglesa— despliega una poética que será de enorme influencia incluso en las vanguardias del siglo XX. Su voz, agreste y solitaria, buscó crear una poesía en los antípodas de los lugares comunes de lo lírico. Maestro del metro, el ritmo y la aliteración, postuló un arte donde el «lirismo» y la suavidad quedaban en entredicho ante la urgencia de plasmar un lenguaje próximo al «habla real», menos solemne aunque no menos serio, donde la experiencia de lo cotidiano, sus paradojas, vicios y ripios, pero también con todo el poder de su naturalidad expresiva, pudiera articular un discurso donde el epítome fuera el ser humano, hombres de carne y hueso, ilustres o anónimos. De ahí su perfeccionamiento del «monólogo dramático». Chesterton afirma que el interés de Browning en lo humano se debe a que «el hombre es perfecto en su perfecta imperfección». Su incalculable influencia reverbera en Pound, Eliot, Cernuda, Borges y Olson. La presente edición —traducida, corregida y aumentada por Armando Roa Vial— cuenta con prólogo de Armando Uribe Arce y epilogo de Braulio Fernández Biggs. A no dudar, este es el rescate de un gigante muy poco difundido en español.