Los selknam, a quienes muchos llamaron onas, habitaron entre los hermosos bosques sombríos y las ásperas mesetas de Karukinká, como llamaron a la Isla Grande de Tierra del Fuego. Envueltos en sus mantos de pieles, desafiaron la nieve y el viento, y tuvieron un modo de vida al mismo tiempo solidario e independiente. ¿Por qué esta “otra historia”? La historia es una sola y abarca a todos los seres humanos, pero no siempre se la cuenta completa. Al hablar de nuestros países americanos, se suele empezar por las corrientes colonizadoras españolas, como si hubieran entrado a una tierra vacía. Pero estaba poblada. Desde el siglo XVI, los pueblos originarios fueron exterminados, dominados o echados de sus tierras... y de los libros de textos también. De esa otra parte de la historia queremos hablar, para que se complete.