Tokugawa Ieyasu (1543-1616) culminó el proceso de unificación de Japón iniciado por sus predecesores Nobunaga y Hideyoshi, poniendo fin a un largo y sangriento periodo de guerras civiles y de rivalidades entre señores feudales. Su paciencia y su inteligencia lo convirtieron en el hombre más poderoso de todo Japón y en el fundador de una dinastía de gobernantes que perduraría durante más de dos siglos de paz y de prosperidad. Con ... Ver más
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Tokugawa Ieyasu (1543-1616) culminó el proceso de unificación de Japón iniciado por sus predecesores Nobunaga y Hideyoshi, poniendo fin a un largo y sangriento periodo de guerras civiles y de rivalidades entre señores feudales. Su paciencia y su inteligencia lo convirtieron en el hombre más poderoso de todo Japón y en el fundador de una dinastía de gobernantes que perduraría durante más de dos siglos de paz y de prosperidad. Con tenacidad, perspicacia y valor, Ieyasu lideró un ejército que aplastó definitivamente a sus rivales en la decisiva batalla de Sekigahara y se convirtió en shogun, estableciendo las firmes bases de un sistema político, económico y social que solo claudicaría en 1868 ante el empuje de la potencia naciente de los EE.UU.
Tokugawa Ieyasu (1543-1616) culminó el proceso de unificación de Japón iniciado por sus predecesores Nobunaga y Hideyoshi, poniendo fin a un largo y sangriento periodo de guerras civiles y de rivalidades entre señores feudales. Su paciencia y su inteligencia lo convirtieron en el hombre más poderoso de todo Japón y en el fundador de una dinastía de gobernantes que perduraría durante más de dos siglos de paz y de prosperidad. Con tenacidad, perspicacia y valor, Ieyasu lideró un ejército que aplastó definitivamente a sus rivales en la decisiva batalla de Sekigahara y se convirtió en shogun, estableciendo las firmes bases de un sistema político, económico y social que solo claudicaría en 1868 ante el empuje de la potencia naciente de los EE.UU.