A veces la historia de una familia es la historia de su lenguaje privado; de cómo –mientras se suceden las generaciones, las bellezas y las desgracias– ciertos modos de comunicarse persisten y se heredan como un tesoro invisible. Los sorrentinos es la historia de una familia de italianos en Mar del Plata, la historia de una trattoria de verdad y la historia de un puñado de personas transfiguradas en personajes (el Chiche Vespolini, la gorda Montero, Pepé, la prima Dorita y muchas más) gracias al estilo diáfano de una autora que supo escuchar antes de escribir.