Creada en 1118 con el fin de proteger a los peregrinos que se dirigen a Jerusalén, recién ocupada por los cristianos tras la Primera Cruzada, la orden de los Caballeros del Templo no tardó en convertirse en una eficiente red financiera que, además de erigir importantes fortalezas defensivas a lo largo del Mediterráneo, atrajo el dinero de la aristocracia europea, fascinada por su imagen y su reputación. Con el tiempo, su creciente poder despertó la codicia de los monarcas europeos. En 1307 el rey francés Enrique IV detuvo a los templarios y confiscó sus bienes, dando lugar a un proceso judicial irregular que culminó en 1314 con la muerte en la hoguera de Jacques de Molay, último gran maestre de la orden, y sus seguidores. En este libro, que a través de la historia de la orden nos ofrece una magnífica radiografía de estos siglos cruciales de la Edad Media, Barbara Frale desmonta la leyenda negra sobre la orden y deja en evidencia las numerosas pseudohistorias esotéricas y fantásticas que han creado en el imaginario popular una idea distorsionada de ella.