La poesía de María Monvel fue recibida con atención elogiosa a este y al otro lado del Atlántico durante las primeras décadas del siglo pasado. Los treinta y siete años que duró su vida los dedicó a la escritura, traducción y edición literaria. Gabriela Mistral consideró que Monvel era «la mejor poetisa de Chile, pero más que eso, una de las grandes poetisas de nuestra América» y destacó su particular «elegancia interior» y «flexibilidad espiritual». Los poemas de esta autora iquiqueña tienen la madurez vital de quien ha sufrido con la mirada asombrada del alma niña que ve las cosas por primera vez. Esta antología, ilustrada con óleos de Pía Subercaseaux, recorre toda la obra poética publicada de Monvel y nos da la posibilidad de volver a habitar una poesía que combina hábilmente el rigor formal, la levedad musical y la necesidad de un decir que constata y transfigura la realidad cotidiana.