El desarrollo de la ciencia en el mundo moderno ha tenido múltiples tropiezos al incidir en problemas para los cuales la religión ha establecido ya fórmulas resolutivas. El desacuerdo entre científicos y teólogos se puso de manifiesto de manera agudizada en los tiempos de Copérnico (1473-1543), cuando la astronomía empezaba a adoptar un distinto concepto de la configuración del universo. Idéntico fenómeno de oposición se advierte en lo que respecta a las demás ciencias: geología, biología, medicina, psicología, etc. La verdad revelada se ha opuesto, a menudo y en diversas disciplinas, a las ideas de los innovadores que, en muchos casos, fueron considerados hombres poseídos por el demonio.En el presente libro, Bertrand Rusell -filósofo laureado con el premio Nobel- expone con sabiduría los principales conflictos en que, a través de la historia, se han visto envueltas la ciencia y la religión. Fruto de esas luchas ha sido la separación de los campos, y hoy en no pocos espíritus religiosos se filtra la idea de considerar a una y otra como dos maneras diferentes de comprender los problemas fundamentales del hombre.No posee